EL KERIGMA,

PARTIENDO DE LA ALEGRIA DE LA RESURRECCION

 El Kerigma es un término que sifnifica proclamar, ser emisario, anuncio.  Por eso en el cristianismo primitivo, el Kerigma se refiere a la primera predicación y proclamacion que hicieron los Apóstoles sobre la acción salvifica nacida de la vivencia del acontecimiento Jesucristo (encarnación-pasión-muerte-resurreción).

Es des la alegría y gozo de los apóstoles, por el acontecimiento de la resurreción, de donde brota esta necesidad de proclamar y de anunciar esa buena nueva que es Cristo.  Ya que es tanto el gozo que existe en los discípulos, que se puede contener en su pequeñez, lo cual hace que salgan al encuentro y manifesten ese Kerigma, ese primer encuentro del discipulo con las personas, manifestando la vida de Jesús salvador, Hijo de Dios, que ha vencido la muerte y resucitando nos da una Vida nueva.  Es por ello que esta proclamaci{on de la iglesia – El Kerigma- nos hace eternamente presente el acontecimiento de la salvación, ya que es este anuncion el que impulsa todo primer encuentro con Jesús, manifestando la alegría de la Buena Nueva en nuestras vidas.

La experiencia del primer anuncio, el Kerigma, es también el comunicar y compartir la fe, es dar de lo que se está lleno, así como los apóstoles, que comparten y proclaman a Cristo Resucitado en su anuncio, ya que ellos están llenos de esa experiencia de Jesús, de ese encuentro íntimo con el resucitado.  Por eso, en todo anuncio kerigmático es Cristo el que debe ser manifestado, siempre desde la experiencia previa del discípulo, ya que se debe tener para poder compartir.

Este primer encuentro con la Palabra hecha carne del Padre, aparte de suscitar una alegría y gozo, debe producir también en toda persona un compromiso con Dios como con la comunidad, ya que este mensaje es suscitado desde la experiencia del discípulo de Jesús en torno a una comunidad, y es en ésta donde se debe hacer visible la experiencia salvífica que propicie ese cambio radical de vida que nosotros llamamos conversión.

Es importante pues, recalcar que el kerigma nace de una vivencia de alegría, de la alegría suscitada por la experiencia de la resurrección, y esto en dos perspectivas: la primera, desde la misma experiencia del apóstol que siente en su vida ese gozo suscitado por Jesús; y la segunda, desde la vivencia del que por primera vez recibe ese anuncio. Son estos dos encuentros los que siguen provocando esa inquietud por conocer y acercarse más a una íntima relación con Cristo, produciendo esa alegría que sólo Él puede dar.

Tú tambien vuelve a sentir ea alegría, esa alegría del primer anuncio, recuerda cómo fue en tu catequesis o cómo tus papás o abuelitos te hablaron de Jesús, recuérdalo y vuelve a experimenta ese gozo. Ahora te invito a no ser egoista y transmite esa alegría en tu casa, amigos, familiares, compañeros, en ea persona que necesita de Dios, etc.; alguien la necesita. Y recuerda que ¡el Crucificado es el Resucitado! Y de Él nace toda esperanza, ya que si morimos en Cristo, resucitaremos en Él. ¡Ánimo!